Nuestra PRESENCIA
(Primer Capítulo)
PRIMER CAPÍTULO
A veces pensamos que nuestra EXISTENCIA depende del RECONOCIMIENTO ajeno hacia lo que somos para los demás, y sin embargo, las circunstancia y los distintos acontecimientos que nos pasan, nos demuestran que solo depende de nosotr@s el ser RECONOCIDOS por el Universo Entero. Mientras miremos que el/la otr@ “nos obliga” a tomar decisiones, nuestro interior, nuestra Alma se irá apagando y llegaremos a estar “muertos en vida” siendo poco CONSCIENTES de nuestra EXISTENCIA en el UNIVERSO.
Una de esas Almas por la que empiezo sentir AMOR desde que estamos rehabilitando nuestro cuerpo físico, fue un “flechazo energético” de esos que sentimos cuando entramos a una sala en las que hay personas que no conocemos y de repente cuando miras a los ojos de la persona que se dirige a nosotr@s, sentimos que la conocemos de hace mucho tiempo. Pero de ese flechazo os hablaré cuando llegue el momento de ello.
El primer día que entré en esa sala con mi ficha donde indica mis dolencias, los aparatos “que hacen cosquillas” recomendables para mí y los ejercicios correspondientes para conseguir una satisfactoria rehabilitación de mi cuerpo, me sorprendió ver una cara conocida nada más entrar que me preguntó:
- Tú que haces aquí, cuanto tiempo sin verte.- dijo Alma Joven
- Pues ya ves, que os echaba de menos y quería volver a veros. – dije respirando profundamente al reconocer a una de las personas que me acompañó en mi proceso de rehabilitación hace dos años, y que volvería a acompañarme en el presente.
Después de saludarnos las dos con mucha alegría de volver a vernos y de muchas preguntas sobre unos y otros, apareció otra de las almas que también me acompañaron y cuidaron mi cuerpo físico hace dos años: Alma Triste, alguien especial que por las circunstancias de su vida, la LUZ de su interior esta tenue.
La ALEGRÍA continuaba desbordándose al reconocernos las tres Almas que hacía tiempo que compartimos CAMINO, hasta el punto que las demás Almas que estaban enganchadas a los aparatitos “que hacen cosquillas” y los que estaban haciendo sus ejercicios, prestaron atención a lo que ahí acontecía, llegando a aparecer una sonrisa en muchas de las caras de dolor que no sólo reflejaban el dolor físico sino el dolor de sus Almas.
En un momento empezaron a disiparse todos esos fantasmas mentales que nos suelen cubrir cuando desconocemos lo que nos podemos encontrar. Empecé a sentir una cierta familiaridad que me hizo recordar los buenos momentos y las personas que conocí hace dos años en esa misma sala.
Esa sensación de familiaridad llegó a su punto culmen cuando te conocí a ti mi querida Alma Azul, y con las primeras palabras que intercambiamos ya me hizo pensar: “éste es de los míos”. Eso me entusiasmo y me dio un aliciente más para ir todos los días a esa sala llena de Almas dolidas.
CALMA, es una de las palabras que me vinieron ese primer día después de tanta presentación de personas con las que algunas pasaría todo el tiempo de mi rehabilitación, otras irían marchándose antes que yo y otras que irían incorporándose con un “dolor” nuevo. Ahí parece que el tiempo se pare, o que vaya más lento, más tranquilo, sin stress y sobre todo, con mucha dedicación a nosotr@s mismos.
Desde el momento que nuestro cuerpo nos habla, empezamos a prestarle atención, y de una manera casi inconsciente, estamos cuidándonos. El porque llegamos a estos extremos para acordarnos de nosotr@s tiene muchas teorías psicológicas y yo sólo os hablare de lo que para mí es la causa fundamental de estos desarreglos: el AMOR.
Cuando hablo de que el AMOR es la causa me refiero a que es la ENERGÍA que mueve el Mundo y como seres que habitamos en él, también nos mueve a nosotr@s. Esa Energía está dentro de nosotr@s y cuando más la ocultamos, nuestra Alma empieza a sentir que se apaga, que se borra, que se difumina, que desaparece.
Hablar del Alma, siempre se ha asociado a una o a otra religión con lo que esta hermosa palabra ha sido repudiada por todas aquellas personas que reniegan de cualquier tipo de religión y de nada que no pueda ser explicado de una forma “lógica y razonable”. Fuera de ninguna connotación religiosa el Alma es la ESENCIA de nosotr@s, el ser primogénito e inmaculado que tenemos sin influencias externas. Sin embargo, nuestros dolores tanto físicos como los del Alma se dejan llevar por lo externo y nos hace dudar hasta el punto de enfermar nuestro cuerpo.
Por eso mi necesidad de hablaros de las dolencias de las Almas que estoy conociendo y no de sus dolencias físicas, que para mí son consecuencia de las otras.
El dolor del alma es transformado o transmutado a través de nuestro cuerpo que es el que nos puede avisar en un lenguaje entendible por todos, para alertarnos de que “algo anda mal” en nuestro CAMINO de VIDA, de nosotr@s dependerá si queremos escuchar y entender lo que nos dice nuestro cuerpo.
CONTINUARÁ...
P.D.: AGRADEZCO a mi Ángel de la Guarda su ACOMPAÑAMIENTO y al Universo, al Creador, a Dios, a Buda o la Vida (como cada uno guste), que me protege y me da LUZ.
Majeito (Septiembre 2009)
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