Bacterias contra el Síndrome del Intestino Irritable
El síndrome del intestino irritable es una de las dolencias gastrointestinales más frecuentes, ya que entre 4 y un 12 por ciento de la población (según los criterios que se empleen) sufre esta combinación de dolor abdominal con deposiciones anormales, bien sean en forma de estreñimiento o de diarrea.
Pese a la enorme prevalencia del trastorno ni están claramente definidas sus causas, ni se han producido grandes avances en su tratamiento más allá de tratar de forma individual cada uno de los síntomas que presenta el paciente.
Algunos estudios sugieren que actuar sobre la flora intestinal podría ser una buena solución para estos pacientes, que ven mermada su calidad de vida, y están surgiendo nuevas terapias en esta línea. “Siempre se ha pensado que detrás del síndrome del intestino irritable podría haber una alteración de la flora bacteriana y que sustituir esas bacterias podría resultar beneficioso para el paciente. Los resultados obtenidos en diferentes estudios no son concluyentes, pero no implica ningún daño para el paciente aunque fuera un efecto placebo”, explica Manuel Díaz Rubio, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Mucho más categórico se muestra Miguel Bixquert, jefe de Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia y profesor titular de la especialidad en la Universidad de Valencia. “Al menos entre un 50 y un 60 por ciento de los afectados presentan alteraciones en la flora intestinal. Estos microorganismos viven en simbiosis con el ser humano y realizan funciones como la absorción del calcio, evitar flatulencias y favorecer el tránsito intestinal.
Sin embargo, el abuso de antibióticos y otros medicamentos en la sociedad actual (por ejemplo el 10 por ciento de la población toma antidepresivos), así como alimentos muy procesados puede provocar trastornos de la movilidad intestinal, de la inmunidad o una microinflamación que, a fin de cuentas, son la base del síndrome del intestino irritable”.
Ya desde hace varios años el empleo de probióticos (microoganismos vivos, por ejemplo el popular Lactobacillus casei) desempeñan funciones específicas en el organismo y se han incorporado a algunos alimentos denominados “funcionales”. En el caso del colon irritable, el lactobacillus plantarum 299v ha demostrado que ayuda a modular el tránsito digestivo, tanto en el caso de las personas que sufren diarreas, como en la que presentan estreñimiento. Además, también disminuye el dolor y las flatulencias. El beneficio alcanza al 75 u 80 por ciento de los pacientes.
Mientras se consolidan los nuevos tratamientos, otro punto sobre el que arrojar luz son las causas de la enfermedad. Lo que está claro es que ésta es sensible a los factores emocionales. “El intestino es un órgano inteligente y el sistema emocional se refleja en este órgano, pero lo que no parece es que haya una base genética hereditaria”, concluye Díaz Rubio.
Fuente: La Razón
ENLACES que quizás te INTERESEN:
Pese a la enorme prevalencia del trastorno ni están claramente definidas sus causas, ni se han producido grandes avances en su tratamiento más allá de tratar de forma individual cada uno de los síntomas que presenta el paciente.
Algunos estudios sugieren que actuar sobre la flora intestinal podría ser una buena solución para estos pacientes, que ven mermada su calidad de vida, y están surgiendo nuevas terapias en esta línea. “Siempre se ha pensado que detrás del síndrome del intestino irritable podría haber una alteración de la flora bacteriana y que sustituir esas bacterias podría resultar beneficioso para el paciente. Los resultados obtenidos en diferentes estudios no son concluyentes, pero no implica ningún daño para el paciente aunque fuera un efecto placebo”, explica Manuel Díaz Rubio, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Mucho más categórico se muestra Miguel Bixquert, jefe de Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia y profesor titular de la especialidad en la Universidad de Valencia. “Al menos entre un 50 y un 60 por ciento de los afectados presentan alteraciones en la flora intestinal. Estos microorganismos viven en simbiosis con el ser humano y realizan funciones como la absorción del calcio, evitar flatulencias y favorecer el tránsito intestinal.
Sin embargo, el abuso de antibióticos y otros medicamentos en la sociedad actual (por ejemplo el 10 por ciento de la población toma antidepresivos), así como alimentos muy procesados puede provocar trastornos de la movilidad intestinal, de la inmunidad o una microinflamación que, a fin de cuentas, son la base del síndrome del intestino irritable”.
Ya desde hace varios años el empleo de probióticos (microoganismos vivos, por ejemplo el popular Lactobacillus casei) desempeñan funciones específicas en el organismo y se han incorporado a algunos alimentos denominados “funcionales”. En el caso del colon irritable, el lactobacillus plantarum 299v ha demostrado que ayuda a modular el tránsito digestivo, tanto en el caso de las personas que sufren diarreas, como en la que presentan estreñimiento. Además, también disminuye el dolor y las flatulencias. El beneficio alcanza al 75 u 80 por ciento de los pacientes.
Diagnóstico Diferencial de la Enfermedad Inflamatoria
Intestinal vs Síndorme de Colon Irritable (por Gamagrafía)
Intestinal vs Síndorme de Colon Irritable (por Gamagrafía)
Mientras se consolidan los nuevos tratamientos, otro punto sobre el que arrojar luz son las causas de la enfermedad. Lo que está claro es que ésta es sensible a los factores emocionales. “El intestino es un órgano inteligente y el sistema emocional se refleja en este órgano, pero lo que no parece es que haya una base genética hereditaria”, concluye Díaz Rubio.
Fuente: La Razón
ENLACES que quizás te INTERESEN:
- Probióticos para mejorar el síndrome de intestino irritable
- Probióticos - Alimentos funcionales y probióticos
- Actimel, "medicamento" que inhibe la capacidad autoregenerativa de las defensas