“STOP al Mercurio Dental”
- Para el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso
- Para la Comisaria Europea de Sanidad y para el Consumidor, John Dalli
- Para el Comisario Europeo de Medio Ambiente, Janez Potočnik
- Para la Directora Ejecutiva de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), Jacqueline McGlade
- Para el Director General de Sanidad y Protección de los Consumidores (DG SANCO) de la Comisión Europea, Robert Madelin
- Para el Jefe de la Unidad de Seguridad para Productos y Servicios de la DG SANCO de la Comisión Europea, Bernardo Delogu
- Para el Presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek
- Para el Presidente del Consejo de la Unión Europea, Herman van Rompuy
- Para el Presidente del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, Vassilios Skouris
- Para el Presidente de la Corte Europea de Derechos Humanos, Jean-Paul Costa
Las amalgamas dentales están compuestas por un 50% de mercurio líquido que se solidifica cuando se mezcla con otros elementos de las amalgamas, tales como plata, cobre, estaño y zinc. A pesar de que algunos dicen que las amalgamas dentales son seguras, una vez solidificadas, se ha demostrado que éstas evaporan mercurio, entre otras razones, cuando masticamos la comida o bebemos líquidos calientes.
El mercurio contenido en las amalgamas dentales puede transformarse en formas inorgánicas y orgánicas de mercurio y entonces ser absorbido, lenta pero constantemente, en el cuerpo, por la saliva y la respiración; el vapor de mercurio busca su camino hasta el sistema digestivo, llegando a los pulmones y después a la sangre y con la probable posibilidad de acumulación en diversas partes del cuerpo (riñones, hígado, intestinos, huesos, músculos, tejido adiposo, próstata, testículos, cerebro, etc.).
Dado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice en su Documento de Política General de 2005 ("El mercurio en el cuidado de la salud") que "El mercurio es muy tóxico”; además, puede ser mortal por inhalación y perjudicial por absorción cutánea;
Dado que alrededor del 80% del vapor de mercurio inhalado pasa a la sangre a través de los pulmones y puede tener efectos perjudiciales en los sistemas nervioso, digestivo, respiratorio e inmunitario y en los riñones, además de provocar daños pulmonares;
Dado que los efectos adversos de la exposición al mercurio para la salud pueden ser: temblores, trastornos de la visión y la audición, parálisis, insomnio, inestabilidad emocional, deficiencia del crecimiento durante el desarrollo fetal y problemas de concentración y retraso en el desarrollo durante la infancia;
Dado que estudios recientes parecen indicar que el mercurio tal vez carezca de umbral por debajo del cual no se producen algunos efectos adversos.
Dado que en 1991, la Organización Mundial de la Salud confirmó que el mercurio presente en el amalgama dental es la fuente no industrial más importante de emisión de vapor de mercurio, exponiendo a la población afectada a niveles de mercurio que superan con creces los establecidos para los alimentos y para el aire;
Dado que durante la colocación y extracción de amalgamas dentales se produce una importante liberación de vapor de mercurio;
Dado que existen alternativas dentales menos tóxicas a las amalgamas dentales, tales como las cerámicas y composites sin Bisfenol A;
Dado que en los EE.UU. la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) ha reconocido los riesgos que pueden suponer las amalgamas dentales para algunas personas;
Dado que estudios científicos que sugieren el vínculo entre la exposición a las amalgamas dentales y la aparición o agravamiento de una serie de enfermedades, incluyendo la Esclerosis Múltiple, Alzheimer, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Sensibilidad Química Múltiple, el Síndrome de Fatiga Crónica, la Fibromialgia, la Candidiasis Crónica, así como otros problemas neurológicos, inmunológicos, dermatológicos, alergológicos, mentales, digestivos, renales, visuales, otorrinolaringológicos, etc.;
Dado que el uso de mercurio en los empastes dentales también tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente que podría evitarse (la contaminación por mercurio en el medio ambiente se produce a través de los fluidos del cuerpo humano, a través de la incineración y el enterramiento de cadáveres, y a través de la eliminación de residuos odontológicos, aun en el caso de que la clínica dental cuente con separadores de amalgama);
Aunque no existe un total consenso científico sobre los peligros de las amalgamas dentales;
En el marco del Principio de Cautela o Precaución, preconizado por el Parlamento Europeo el 4 de septiembre de 2008, con el Plan de Acción para el Medio Ambiente y Salud 2004-2010;
Los firmantes SOLICITAMOS que el uso de amalgamas dentales sea prohibido por ley a nivel europeo,
y que se mejore la formación de los dentistas para una correcta eliminación de los empastes de amalgama con protocolo de cuádruple protección (máscara de oxígeno, taladro/rotor de baja velocidad, dique de goma, fuerte succión). También SOLICITAMOS que, en el entretanto de una prohibición a nivel de la UE de las amalgamas dentales, sea obligatorio el uso de separadores de amalgama en la práctica dental.
Toda solicitud de este tipo debe ser considerada a la luz de la revisión de la Estrategia Europea sobre el mercurio de la Unión Europa que está en curso. Esperamos que esta nueva estrategia incluya medidas importantes para el cambio en la regulación y legislación que afecta al uso del mercurio y más concretamente al uso del mercurio en las amalgamas dentales.
Las demandas de la Petición están sustentadas contundentemente por una gran cantidad de literatura científica.
Esta Petición está promovida por ONG's de todo el mundo.
Si quieres leer las Referencias de esta Petición, y las lista completa de Promotores-Cofundadores de la misma, puedes hacerlo desde el siguiente enlace: