...sólo basta tener COMPASIÓN
Muchas veces en nuestra vida nos encontramos con alguien que sufre cerca de nosotr@s y en muchas ocasiones desconocemos como actuar ante tal acontecimiento que a veces es de DOLOR físico y/o de DOLOR emocional.
Yo solo quiero hablaros una vez más desde mis vivencias en esta vida sin pretender ser una erudita en los temas de los que hablo pues como todas las personas, solo puedo hablar desde mi propio conocimiento, desde mi propia experiencia, desde mi INTERIOR...
Hablar de SUFRIMIENTO es algo de lo que quiero hablar pues al igual que las vidas de muchas personas, mi vida ha estado y está impregnada de él desde que era muy pequeñita, bueno como yo creo en las vidas pasadas, desde hace muchas vidas. Con los años, mis propias terapias recibidas, los distintos cursos y formaciones, y mi trabajo diario tanto emocional como espiritual, he ido aprendiendo y aceptando que el SUFRIMIENTO es parte de la vida y necesario para INTEGRAR que solo nosotr@s somos capaces de poder transformarlo, transmutarlo para sentirnos en PAZ y FELICES en la vida que elejimos vivir.
Un día nos damos cuenta, quizás a veces demasiado temprano, que este sentimiento forma parte de nuestra vida y que lo rechazamos "culpando" a l@s demás de nuestros males. Si tenemos la VALENTÍA de mirarlo, de meternos en ese "pozo tan profundo y oscuro" que nos desgarra el Alma, acabamos AGRADECIENDO que haya estado presente en nuestra vida pues por él SOMOS lo que SOMOS.
A mí me ha costado muchos, muchos años, y muchas "idas y venidas" con psicólogos, terapeutas, facilitadores de distintas competencias, llegar a este momento de mi vida en el que AGRADEZCO haber vivido y vivir lo que vivo cuando el SUFRIMIENTO llega a mi vida, y aún así me queda mucho que APRENDER para SOSTENERLO en mí y ACOMPAÑAR a personas que sufren, soy una APRENDIZ VALIENTE que se sumerge de vez en cuando en ese "pozo", en esos momentos llamados "noches oscuras del Alma".
En estos momentos de mi vida, estoy cerca de alguien muy querido por mí que está pasando por esas "noches oscuras del Alma" acompañado de un DOLOR físico, y a pesar de mi bagaje en ambos temas, me resulta difícil permanecer "en plena forma" ante tal acontecimiento. Quizás porque el lazo afectivo que me une sea de toda una vida, quizás porque me dió la vida, quizás porque con mi trabajo personal llegué a entender muchas cosas, ahora me siento cansada, agotada, de ACOMPAÑAR "en servicio" a una persona que SUFRE.
Cuando queremos ACOMPAÑAR a una persona que SUFRE primero es mejor mirar nuestro propio SUFRIMIENTO, hacer como un "examen de conciencia" para coger la RESPONSABILIDAD y las "riendas de nuestra vida" sin "culpar" a l@s demás del mal que vivimos, pues de esta manera empezamos a entender y a verdaderamente empatizar lo que pueda vivir la persona que está a nuestro lado y SUFRE.
Basta con un sentir COMPASIÓN por la otra persona y no me refiero a sentir pena sino a la capacidad de sentirnos próximos al dolor de los demás, empatizando con ell@s, dando la cabida y la valoración necesaria al SUFRIMIENTO del otro con el AMOR que llevamos dentro. "No es tanto lo que entreguemos, sino cuanto AMOR pongamos al hacerlo. Eso es CARIDAD en acción" (Madre Teresa de Calcuta).
"EL SUFRIMIENTO ES PARTE DE NUESTRA VIDA Y COMO TAL, DEBEMOS ACOGERLO, VIVIIRLO, ACEPTARLO Y ACARICIARLO DANDO LA CABIDA NECESARIA PARA PODER DESPRENDERNOS DE ÉL CUANDO LLEGUE EL MOMENTO. ACOMPAÑAR A ALGUIEN QUE SUFRE ES ESTAR EN AMOR CON LA OTRA PERSONA DE LA FORMA QUE SEPAMOS HACERLO, SIN JUICIOS, SOLO PERMANECIENDO CONSTANTES EN NUESTRO DAR Y RECIBIR AMOR PARA QUE EL SUFRIMIENTO SE CONVIERTA EN ALEGRÍA DE VIVIRLO COMO PARTE IMPORTANTE DE NUESTRO PROPIO CRECIMIENTO Y DEL DE LAS PERSONAS QUE ACOMPAÑAMOS" (Mg)
DOY GRACIAS a Miguel que siempre me transmite las palabras que necesito escuchar cuando le pido su ayuda para que me mande mensajes de LUZ y AMOR cuando la confusión permanece en mi o en alguien cercano que necesita escuchar sus mensajes.
Majeito (Marzo 2010)
