El Violín y la Pareja
Dicen que los Stradivarius tienen esa calidad de sonido tan especial porque hay presencia de partículas metálicas muy pegadas a la madera. Es por eso, que quiero hablaros de un Stradivarius que perteneció a una pareja que desconocía el cuidado necesario del violín, para que esa “maravillosa” calidad del sonido que producía cuando era tocado, no desapareciese.
Un día llegó a la vida de una pareja algo muy querido por la mujer y poco deseado por el hombre, un violín con el que poder expresar lo que sentía. La mujer lo encargó un día en una tienda después de haberlo probado y haberle gustado su sonido. Habiendo recogido el dinero suficiente para poder comprarlo, regresó un día a la tienda y se lo llevo, sin saber que verdaderamente el instrumento que adquiría era un Strarivarius, y cómo tal, necesitaba unos cuidados algo particulares.
La mujer al llegar a casa con el violín dio una gran sorpresa a su marido, ya que éste no podía entender el porque no le había consultado a él, antes de esta nueva adquisición. Con el tiempo empezó a cogerle cariño ya que era realmente adorable escuchar su sonido cuando su mujer o él lo tocaban.
En los primeros tiempos, el violín, fue muy cuidado y utilizado por la mujer, la cual desconocía esa cualidad de poseer partículas metálicas, y por lo tanto, desde su llegada a esa casa, no había sido tratado, con los cuidados especiales que requiere un Stradivarius. Las partículas metálicas de su interior, con el tiempo, se fueron oxidando y creando más rigidez en la madera del violín. Esto provocó, que el celestial sonido que tenía cuando estaba en la tienda, fuera cambiando y siendo cada vez menos celestial.
La pareja poco a poco dejo de cuidarlo como sabían, y ya no lo tocaban tanto cómo antes. El violín sólo necesitaba que le cuidaran con un pulimento apropiado para evitar esa oxidación de las partículas metalicas.
Pasó el tiempo y la mujer decidió que cómo el sonido de su violín había empeorado, era tiempo de venderlo o llevarlo a la tienda dónde fue comprado para ver que solución le daban.
Era una mañana soleada, y el violín sentía el calor del sol que se dejaba notar a través de la funda que lo protegía en su camino a la tienda. Cuando le quitaron la funda y se volvió a ver en la tienda donde permaneció tanto tiempo siendo cuidado con el pulimento que necesitaba, su madera produjo un sonido de alegría. El dependiente de la tienda le explicó el porqué del sonido actual y como, ésto podía arreglarlo poco a poco, poniéndome el “preciado” pulimento.
La mujer, el violín y el frasco de pulimento, regresaron a casa para dar la noticia al hombre, que con el tiempo había perdido la esperanza de que el violín, mejor dicho, el Stradivarius, volviera a entonar una celestial melodía.
Con mucho trabajo, cuidado y sobre todo, mucha paciencia y confianza, el Stradivarius alcanzó a sonar cada día mejor provocando una agradable sensación de paz a todo aquel o aquella que lo escuchaba sonar.
El Violín y la pareja © Majeito