La medicina del arte
El Arteterapia recala en Euskadi, como técnica para sanar el alma a través de la expresión artística. Por Cristina M. Sacristán
El juego, sobre todo en los niños, es algo muy serio: conforma socialización y personalidad. El arte... ¿para qué sirve el arte? Se ha demostrado que, entre otras funciones, el proceso artístico puede sanar, ya que resulta un catalizador de emociones, y percibirlo también. Para el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, "la creación nace de la carencia". En opinión de las responsables del Espacio Philippe Pascal, de Arte y Terapia, esa frase es acertada. Ellas, en la línea de la disciplina del arteterapia, han importado en Euskadi un método tan creativo como beneficioso: una forma libre de aliviar los dolores del alma con el arte como vehículo.
La Universidad Complutense de Madrid fue la pionera en adaptar estos estudios que en otros países europeos, incluso, son contemplados como una de las ofertas de la Seguridad Social. Hablamos de un método terapéutico en parte vinculado a la psicoterapia, destinado al bienestar y el equilibrio del "usuario" (a las arteterapeutas no les gusta hablar de "pacientes").
Profesionalidad y seriedad, de la mano de libertad y alegría. El usuario entra en el local situado en Irala y las expertas tienen una "toma de contacto" con esa persona, para conocer su situación, su estado de ánimo, qué le ha llevado hasta ellas, si tiene relación con el arte, qué es lo que necesita, etc. A partir de ahí, el bohemio taller, repleto de pinturas, objetos reciclados, papel, pinceles, plastilina y un largo etcétera, acoge a la persona que ha acudido a mejorar su estado anímico o a curar su dolor. Y, como expresa Amaia Atorrasagasti, presidenta de Artefacto (Asociación de Arteterapeutas del País Vasco), "ahí encuentra su espacio, se deja llevar por los materiales, ve posibilidades, caminos... Entonces, con nuestra ayuda, va viendo el qué puedo hacer", relata la artista.
Dado el dolor o el malestar que atrae a las personas -sobre todo por el boca-oído- a Philippe Pascal, sus terapeutas sellan su confidencialidad, si bien existe un "taller abierto", al que acuden usuarios como Juan, un hombre de 50 años que se vio obligado a jubilarse por una enfermedad que ha limitado muchísimo sus movimientos, con el consiguiente cambio de vida, abatimiento... "Amaia me habló del taller libre, y me lo recomendó pues mi vida había cambiado radicalmente", relata a DEIA. Y es que Juan llevaba trabajando desde los 13 años y era jefe de encofradores. La pintura es "una manera de expresar lo que llevas dentro, una liberación del malestar. Como con el psicólogo, con el arte exteriorizas tus sentimientos, en lugar de expresarte con la palabra".
La explicación de Juan resume lo que las expertas apuntan sobre sus técnicas. Y una imagen, aquí, vale más que muchas palabras: "El estado depresivo te hace beber, y yo dibujé una botella encerrada, como si fuera una granada de mano", expresa, gráficamente, este hombre, que se vio obligado a "adaptarme a mi propio cuerpo", define.
Sin límites
En el proceso creativo, las arteterapeutas "orientan, escuchan, entienden, pero nadie te manda ni te rige", relata Juan. Las expertas añaden que ellas "más que ayudar o guiar, acompañamos. Somos facilitadoras, facilitamos la asociación de ideas y ayudamos a que el usuario conviva con sus más y sus menos, que asocie ideas libremente: aquí no hay límites". Karen Lund -diseñadora y arteterapeuta formada en Estados Unidos- añade que "no puedes borrar lo que pasó, por lo que trabajamos la parte sana de la persona, potenciando su parte creativa".
Cuando alguien se acerca a su taller, se da un protocolo, con una primera entrevista y asesoramientos. Entonces, se hace "el lazo" entre terapeuta y usuario, éste se familiariza con los materiales, realiza una toma de contacto, etc. Ha de haber buen feeling entre las dos partes para que el arteterapia funcione. Luego, "más que soltar es salir, no es una catarsis loca e impulsiva", describen Karen y Cristina Sanz -educadora social y arteterapeuta-. Se formaría "un triángulo entre terapeutas, usuarios y materiales", aclaran las expertas.
El Arteterapia se pone al servicio de personas que tienen dificultades para expresar sus conflictos y emociones verbalmente, debido a sus circunstancias o la enfermedad que padecen. Por tanto, no pueden beneficiarse de los efectos de la psicoterapia. Amaia Atorrasagasti recuerda cómo ya en las cavernas nuestros ancestros "pintaban y hacían sus herramientas". Es decir, que se trata de una forma de expresión inherente al ser humano, y de gran importancia. No hay más que ver los prodigios de Toulouse-Lautrec, de Caravaggio o de Van Gogh en sus momentos más dramáticos.
El Arteterapia nació hace más de un siglo, en Estados Unidos y Reino Unido, si bien fue tomando cuerpo en torno a la II Guerra Mundial, cuando Freud comenzó a conceptualizar el inconsciente. Y, ya en 1959, se formó la Asociación Italiana de Psicopatología de la Expresión, y también la americana American Art Therapy Association. Al igual que la psicoterapia, en esta disciplina es preciso tener una licenciatura en Bellas Artes o en Ciencias de la Educación/Salud y haber cursado estudios de postgrado o máster en Arteterapia de al menos tres años. Y, al igual que los psicólogos que se precien, el arteterapeuta ha de realizar a su vez un proceso de psicoterapia personal, para poder ayudar profesionalmente a otras personas.
En el caso de Amaia, es analista lacaniana, mientras Karen tiene una formación de base dinámica y Cristina, humanista. Así que se complementan en su trabajo en equipo. Forman parte de la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas y engrosan Metáfora, asociación que desde hace diez años se dedica al Arte Contemporáneo y Arteterapia, y donde confluyen arteterapeutas veteranos del Estado. Habitualmente, los arteterapeutas suelen cotejar sus trabajos con psicoanalistas y otros homólogos. En el caso vasco, sus especialistas contrastan con profesionales de Barcelona.
Existen cuatro terapias artísticas: Dramaterapia, Danza-Movimiento-Terapia, Musicoterapia y Arteterapia o Psicoterapia por el Arte. Ésta incluye los medios artísticos de las artes visuales como la performance, la instalación, la escultura, el trabajo tridimensional, la fotografía y el vídeo, la pintura, el dibujo, etc. En Philippe Pascal, sus usuarios pueden compatibilizar dichas disciplinas libremente, para sentirse cómodos e ir dando salida a sus fantasmas.
El 6 de febrero, habrá una jornada sobre Arteterapia en La Bolsa de Bilbao, y en marzo se celebrará el Primer Congreso Nacional de Arteterapia en Girona. Cada año se publican numerosos estudios de investigación sobre esta disciplina.
Fuente: Deia.com