Comprender las raíces de la esclavitud
Para ser totalmente libre uno necesita ser totalmente consciente, porque nuestra esclavitud está enraizada en nuestra inconsciencia; no viene del exterior. Nadie puede quitarte la libertad. Pueden aniquilarte, pero no se te puede arrebatar tu libertad a menos que tú la entregues. En última instancia, siempre es tu deseo de no ser libre lo que hace que dejes de ser libre. Es tu deseo de ser dependiente, tu deseo de dejar la responsabilidad de ser tu mismo, lo que hace que dejes de ser libre.
En el momento que asumes la responsabilidad de ti mismo...recuerda que no es todo un camino de rosas, que hay espinas; no es todo dulce, hay muchos momentos amargos. Lo dulce siempre es equilibrado con lo amargo, siempre llegan en la misma proporción. Las rosas son equilibradas por las espinas, los días por las noches, el verano por los inviernos. La vida mantiene un equilibrio sobre los polos opuestos. De modo que quien esté dispuesto a aceptar la responsabilidad de ser él mismo, con todas sus bellezas, amarguras, sus alegrías y agonías, puede ser libre. Sólo semejante persona puede ser libre...
Vívelo en toda su agonía y todo su éxtasis; ambos son tuyos. Y recuerda siempre: el éxtasis no puede vivir sin la agonía, la vida no puede existir sin la muerte, y la alegría no puede existir sin la tristeza. Así son las cosas; no se puede hacer nada al respecto. Eso es la naturaleza misma, el Tao mismo de las cosas.
Acepta la responsabilidad de ser tu mismo tal como eres, con todo lo que es bueno y con todo lo que es malo, con todo lo que es bello y lo que no es bello. En esa aceptación sucede una transcendencia y uno se hace libre.
En el momento que asumes la responsabilidad de ti mismo...recuerda que no es todo un camino de rosas, que hay espinas; no es todo dulce, hay muchos momentos amargos. Lo dulce siempre es equilibrado con lo amargo, siempre llegan en la misma proporción. Las rosas son equilibradas por las espinas, los días por las noches, el verano por los inviernos. La vida mantiene un equilibrio sobre los polos opuestos. De modo que quien esté dispuesto a aceptar la responsabilidad de ser él mismo, con todas sus bellezas, amarguras, sus alegrías y agonías, puede ser libre. Sólo semejante persona puede ser libre...
Vívelo en toda su agonía y todo su éxtasis; ambos son tuyos. Y recuerda siempre: el éxtasis no puede vivir sin la agonía, la vida no puede existir sin la muerte, y la alegría no puede existir sin la tristeza. Así son las cosas; no se puede hacer nada al respecto. Eso es la naturaleza misma, el Tao mismo de las cosas.
Acepta la responsabilidad de ser tu mismo tal como eres, con todo lo que es bueno y con todo lo que es malo, con todo lo que es bello y lo que no es bello. En esa aceptación sucede una transcendencia y uno se hace libre.